viernes, 15 de enero de 2010

De hombres infieles y mujeres buenas

Acabé al SUR DE LA FRONTERA AL OESTE DEL SOL de Murakami, y pensé chale, neta la gente vive así? El libro trata de un hombre que tiene todo: el trabajo ideal, economía holgada, una buena mujer y unas hijas muy simpáticas, que está dispuesto a dejarlo todo cuándo se reencuentra con su amor de infancia. Luego, en EL CORAZÓN HELADO, igual, un hombre en las mismas ventajosas circunstancias dispuesto a renunciar a ellas cuándo conoce a la amante de su ya póstumo padre. Y para acabarla de amolar, SEDA, ese lo leí hace ya un montón, así que ustedes perdonaran dos cosas, uno que les destrocé el tagline, y dos que les cuente el final. Un hombre, al igual que el otro par de dos, tiene buena situación económica y una buena mujer, está encargado de ir al oriente a conseguir gusanos para fabricar seda, en uno de sus viajes conoce a una mujer, misteriosa y arisca de la cual (obviamente) se enamora, luego, cosa rara, le empieza a escribir cartas súper pasionales, y el por supollo se obsesiona. Al final, no me acuerdo si su mujer se muere, pero total, que encuentra que las cartas de Yoko Ono fueron escritas por su mujer, su marida. Y bueno, de ahí viene el origen de este post.
¿Qué fregados pasa con las esposas, las buenas mujeres? Todas ellas eran guapas, inteligentes, simpáticas, nada ordinarias y aún así, estos hombres están dispuestos a dejar todo a la primera señal de misterio... porqué por supuesto que estas mujeres fatales, no les revelan nada, los tratan como mierda, o los ignoran, envueltas en un halo de inalcanzables... y me pregunto... que estos hombres no pueden estar completos por ellos mismos, por que tiene que echarles el paquetón, a unas mujeres complicadas y complejas? qué tiene de malo no ser complicada? Decir sí cuándo es sí y no cuándo es no? Sobre todo por que estás mujeres (las esposas) que son el paquete completo y no se tienen que estar demostrando a cada rato lo interesantes que son, tiene la capacidad de desatar esa pasión, de ser esa mujer extraordinaria con la cuál sus maridos están tan enganchados.. falta ver nada más el final de Seda, el wey enamorado de la japo por estas cartas, cuando todo el tiempo tuvo a esa mujer en frente, nada más que no se le ocurrió voltear y ver.
Y ya sé que esto se ve como un proyecte muy mamón, y probablemente lo sea, pero he pensado, prefiero ser la esposa engañada, que sabe lo que es y lo que tiene, que esa mujer misteriosa sobreproducida que no tiene la libertad de ser y decir lo que es, por que pierde todo el efecto.

1 comentario:

  1. DEfinitivamente, estoy deacuerdo contigo, yo tmb prefiero ser la engañada... bah.. que hueva lo otro..

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