miércoles, 14 de octubre de 2009

Del otro lado del muro

Creo que soy voluble e inestable... altamente vulnerable y suceptible... los sueños en mi tienen un gran poder, el cilma y la música también. Pero el punto es otro. Soñé horrible. No sé si a todas las personas que crecieron en un lugar y viven en otro les pasa lo mismo, pero para mí que nací y crecí en Cuernavaca es una necesidad ir de vez en cuando a tocar base. Y no hay nada más Cuerna que mi casa. Siempre he vivido ahí, y de hecho lleva años en mi familia; era la casa de fin de los papás de mi abuela, luego se la heredaron, después mis papás cuando se casaron se fueron a vivir ahí y pues ahí estuve hasta que me vine al df a la universidad y luego a chambear. A últimas fechas se ha vuelto una necesidad casi dolorosa regresar al hogar, a mi lugar feliz, para mi Cuerna es paz, es silencio y tranquilidad. Pero ayer, uy, creo que hasta lloré dormida... soñé que tiraban mi casa en Cuerna para hacer un hotel, y cagado por que el lugar se volvía como un desierto y como que iban a empezar a construir y yo lloraba y lloraba, no podía creer que ya no existiera el lugar que ha sido la única constante a lo largo de mi vida, entonces yo creo que mi subconciente se compadeció de mí por que recuperé el cascarón de la casa y al rededor de él empezaron a hacer el edificio, integrando la casa al proyecto; yo le preguntaba a mi mamá si ella no había sentido horrible cuando la casa en la que pasaba los fines de su infancia la habían convertido en hotel (hecho real). Luego había como una tormenta de arena y yo estaba con mi hermana y llegaba freddie krueger (no sé si se escriba así) y la única forma de protegernos era como metiéndonos dentro del agua. No sé, estuvo raro por que hoy me costó un chorro de trabajo levantarme y sí me bajoneó cabrón... no sé... está raro.

1 comentario:

  1. iba a hacerte una recopilación de poesía que ilustrará el horror de las pesadillas; por ejemplo, en ella estaría una cita de la divina comedia: virgilio conduce a dante en su visita al infierno; allí están homero, ovidio, horacio, los filósofos presocráticos... pero el poeta no pone en sus bocas grandes palabras, hay un silencio absoluto: resulta que el infierno, en todo caso, es una cámara de torturas, mientras la pesadilla consiste en que dante sólo encuentre las grandes sombras de aquellos grandes.

    también, después de la pesadez de la poesía te reconfortaría hablándote de borges y sus sueños horribles con espejos y laberintos; pero como sabrás, no lo hice. :-(

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